Hernán Pérez es profesor de lingüística en la Universidad de
Concepción. O lo era hasta hace cinco años, cuando actualizó por última vez su página web personal. Podríamos
presumir que sigue siendo profesor allí a causa de que su página sigue
publicada. Hernán Pérez, pues, propone, junto con Gabriel
Díaz, un método para calcular notas y lo ha publicado en Internet,
ofreciendo tanto un formulario para resolver notas particulares como las
fórmulas con las que estas notas son calculadas. Una fórmula es para calcular
las notas aprobatorias
y consiste en que la nota aprobatoria es igual al conjunto de la nota máxima
aprobatoria (7,0) menos la nota mínima aprobatoria (4,0) partidas por el
puntaje ideal (máximo) menos el porcentaje de exigencia (criterio),
multiplicado por el conjunto del puntaje obtenido por el alumno menos el
porcentaje de exigencia (criterio), más cuatro. La otra fórmula es para
calcular notas reprobatorias y consiste en que la nota reprobatoria es igual al conjunto
de la nota mínima aprobatoria (4,0) menos la nota mínima reprobatoria (1,0)
partidas por el porcentaje de exigencia (criterio), multiplicado por el puntaje
obtenido por el alumno más uno. Estas fórmulas se representarían de la
siguiente manera de acuerdo con mi criterio, asignando la incógnita n al puntaje ideal (puntaje máximo), la
incógnita p al porcentaje exigido
(criterio), la incógnita x al puntaje
obtenido por el alumno y la incógnita y
a la nota: tal como hago en la FOGE.
Fórmula de nota aprobatoria:
Fórmula de nota reprobatoria:
La Fórmula General de Evaluación que calculé hace ya casi diez años se funda sobre la base de tres criterios: 1) que la escala de evaluación debe ser unitaria, 2) que la escala debe contener valores entre 1,0 y 7,0, estos inclusos, y 3) que la escala de evaluación puede representarse en el plano cartesiano. Las fórmulas de Hernán Pérez y Gabriel Díaz ciertamente cumplen con los criterios 2do y 3ro de la FOGE; pero, precisamente porque son dos y no una, fallan en relación con el 1ro.
Una evaluación objetiva y justa exige que el mismo criterio
sea aplicado a todos los alumnos. En otras palabras, que la escala de
evaluación sea unitaria. El fundamento de este criterio se remite al derecho de
igualdad ante la ley: todos los alumnos deben ser sometidos al mismo
instrumento de evaluación para asegurar que no hay privilegios ni desventajas
entre ellos. Si uno teme que pueda haber excesiva desventaja de alguno, esta
solo puede corregirse enseñando más, no manipulando mañosamente el instrumento
de evaluación o el criterio para obtener las calificaciones. Una excesiva
ventaja no debería ser nunca entendida como un problema para corregir, sino
como una oportunidad para aprovechar: tratar de limitar el desarrollo de un
alumno dotado sería excepcionalmente perverso.
Por lo tanto, resulta improcedente que se utilicen dos
fórmulas en lugar de una sola para medir los resultados de los alumnos. Se
trata de un error en el plano moral y en el plano académico, porque muestra
resultados falsos y porque aplica criterios variables, corrompiendo el
principio de igualdad ante la ley.
Es un hecho que muchos profesores en Chile utilizan este
método u otros similares, aplicando escalas distintas para aquellos alumnos que
obtienen notas reprobatorias y notas aprobatorias. Lo correcto, no obstante, es
aplicar una sola escala para todos ellos, asegurando así la uniformidad en la
evaluación y la igualdad entre los evaluados.